La AMSM denuncia la grave situación de desbordamiento y la falta de medios en la atención a la salud mental en la infancia y adolescencia en Madrid.

Datos de los primeros meses del año 2021 indican un marcado aumento de las urgencias hospitalarias, de los ingresos hospitalarios y de las listas de espera para consultas infanto-juveniles.

Este colectivo es de los que más signos está dando del agravamiento de los problemas de salud mental provocados por la pandemia y las crisis económica, social y de cuidados devenidas de la misma.

Estamos viviendo un importante aumento de los problemas de salud mental en la población infantojuvenil de la Comunidad de Madrid. A falta de cifras oficiales por parte de la Consejería de Sanidad, desde la Asociación Madrileña de Salud Mental queremos transmitir nuestra preocupación por algunos datos alarmantes que numerosas socias de la organización nos están haciendo llegar. 

En febrero de 2021 publicamos el informe “La paradoja preámbulo comunitario / presupuesto hospitalario” sobre la pandemia por COVID-19 y la atención a los problemas de Salud Mental en la Comunidad de Madrid. En dicho texto analizábamos los problemas de la red de atención a la salud mental que había sido mermada después de dos décadas de recortes y señalamos que, de no tomarse medidas, uno de los colectivos más vulnerables era el de la infancia y juventud. Asimismo, desde nuestra asociación ya habíamos denunciado en años anteriores (2016) las desigualdades y la disparidad en lo relativo a las primeras citas en psiquiatría y psicología infanto-juvenil en los Centros de Salud Mental (CSM).

Se ha observado una tendencia durante los últimos meses del pasado año y los primeros meses de 2021 de aumento significativo de los ingresos y urgencias hospitalarias de niños y adolescentes. En otras ciudadesprovincias se han detectado aumentos de hasta un 50% en el primer trimestre del año. Debido al incremento del número de ingresos en nuestra Comunidad fue necesaria la reconversión temporal de una unidad de hospitalización de adultos del Gregorio Marañón en una de adolescentes hasta la apertura de una nueva unidad en el Hospital 12 de octubre. No obstante, nos encontramos que, a pesar de esto, diariamente hay una media de 20 niñas y adolescentes en lista de espera para ingresos urgentes en toda la Comunidad con picos de hasta 35. Los casos más graves tienen que esperar en las urgencias de los hospitales durante 3-5 días llegando a esperar hasta una semana en la urgencia para poder ingresar. Los casos que pueden aguantar en una situación precaria en sus domicilios pueden demorarse hasta un mes para una hospitalización de carácter urgente. Recordemos que la necesidad de un ingreso urgente en unidades de estas características es un evento que no se puede demorar y requiere de una atención inmediata en un entorno seguro.

En los centros de salud mental las listas de espera se han disparado, llegando a duplicarse o triplicarse en algunos lugares. En el momento de redactar estas líneas en algunos centros la lista de espera de psicología se sitúa en octubre-noviembre (4-5 meses) en primera consulta y de psiquiatría hasta en 2-3 meses. En los hospitales de día que atienden de manera intensiva a población con patología grave, la lista de espera para poder presentar un caso (no necesariamente ingreso) llega en algunos centros hasta febrero de 2022.

Reconocemos y valoramos positivamente la apertura de nuevas unidades como el hospital de día infanto-juvenil adscrito al Hospital de la Paz y la nueva unidad de hospitalización breve del 12 de octubre. A pesar de esto, como veníamos señalando en nuestro análisis sobre la pandemia y la atención a la Salud Mental, la infancia y juventud ha sido uno de los sectores más afectados por la pandemia sufriendo restricciones más duras que la población general, viendo reducido sus espacios de socialización y de crecimiento en un momento vital donde esto es clave. Asimismo, las familias de nuestra Comunidad están sufriendo problemáticas de índole económico y social en una escala sin precedentes, con unos sistemas de cuidados y soporte social en un estado precario previo a la pandemia. 

En este sentido creemos que el aumento de las urgencias y las hospitalizaciones en este rango etario son solo la punta del iceberg de una serie de malestares sociales que no pueden ser abordados únicamente a través del aumento de unidades de hospitalización. El sufrimiento de los menores de edad y muchas de las alteraciones de conducta por las que acaban siendo acompañados a los servicios de salud mental son situaciones emergentes, resultado de las tensiones familiares y la pérdida de apoyos en su entorno inmediato. Reforzando únicamente los dispositivos asistenciales de máxima especialización se corre el riesgo de abordar de forma descontextualizada el malestar del menor o la menor, sin influir significativamente en las condiciones que han contribuido a cada proceso. Es urgente reforzar la red comunitaria de salud, aumentando la dotación multidisciplinar de los equipos de los centros de salud mental para poder tratar los problemas de salud mental antes de que empeoren contando con trabajadoras sociales, enfermeras, psicólogas y psiquiatras. Es vital que se cuide y se incentiven los sistemas educativos y de servicios sociales para poder paliar las problemáticas que afligen a la infancia, juventud y sus familias. Es imprescindible que se respete y fomente un ocio saludable para niños y jóvenes, así como espacios de encuentro entre iguales, ya que en esa fase vital esto no es un capricho sino un elemento imprescindible para su desarrollo.  

Hacemos un llamamiento a las autoridades competentes a que aborden estos problemas de manera urgente y nos ponemos a su disposición para colaborar en este proceso.

La Junta de la Asociación Madrileña de Salud Mental

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