Salud Mental infantojuvenil, equidad y listas de espera que traen muchas preguntas

A lo largo del año 2015 muchos profesionales nos transmitieron su sensación de que existía una disparidad muy importante en cuanto a las condiciones de trabajo en los centros de salud mental infanto-juvenil. Dado que no existe un registro público (al menos uno accesible) de condiciones de atención en la Comunidad de Madrid decidimos elaborar desde la propia asociación una recogida de datos. Si bien sabemos que la lista de espera para primera cita no es un indicador óptimo (de poco sirve un tiempo reducido para la primera cita si el tiempo entre revisiones es de seis meses, por ejemplo) lo escogimos en un primer momento por ser fácil de recoger y comparar. En cada uno de los centros averiguamos cuál era la primera cita tanto de psiquiatría como de psicología si ésta era solicitada el día 15 de junio de 2015. Repetimos la recogida el 2 de noviembre de ese mismo año. Estos son los datos que obtuvimos:

espera infantojuvenil 2015

Llama la atención la enorme disparidad entre los días de espera previstos de unos distritos a otros. Para poder comprender estos datos es necesario tener en cuenta varios aspectos que pueden limitar la validez de los mismos: la distinta organización de las agendas en los centros (por ejemplo, ante un periodo vacacional en algunos centros se bloquean los huecos de agenda de todo el periodo estival hasta que el profesional comunica oficialmente sus vacaciones, produciéndose un aumento virtual de días de espera que posteriormente se reduce) que pueden distorsionar a la alta algunas fechas, principalmente las del corte de junio. Asimismo, siendo los resultados académicos una de las variables fundamentales que condicionan la derivación a salud mental infanto-juvenil, sobre todo en torno al diagnóstico TDAH, los periodos inmediatamente posteriores a las fechas de evaluación en los centros escolares suelen acompañarse de un pico de demanda que puede verse reflejado en los periodos de espera.

Ahora bien, pese a las limitaciones de nuestra recogida consideramos que algunas de las diferencias son tan llamativas que sería preciso poder estudiarlas a fondo. Una primera reacción ante la espera en Alcalá- Puerta de Madrid o Leganés versus Vallecas o Salamanca-Chamartín sería concluir “hacen falta más profesionales”. Sin descartar esa opción, consideramos estos datos una buena ocasión para intentar localizar las causas de las causas (como bien describe R. Cofiño en este post) de esta disparidad tan llamativa. Particularmente en una especialidad, salud mental infantojuvenil, en la que la construcción de diagnósticos tiene una relación tan directa con Educación y la adaptación al entorno social.

Nos preguntamos entonces cuántos profesionales por habitante tienen los equipos pero también ¿qué coordinación mantienen esos equipos con los colegios e institutos de la zona? ¿Cuál es la ratio de profesores por aula en los colegios de ese distrito? ¿Con qué medidas de apoyo curricular cuentan esos centros escolares? ¿Las adaptaciones curriculares están condicionadas a un diagnóstico instaurado en salud mental? ¿Existe una coordinación con los servicios de pediatría y atención primaria? ¿Estas diferencias en tiempo de espera están produciendo diferencias significativas en los resultados en salud entre dichas áreas?

Y la pregunta más importante: si no disponemos de datos oficiales y de acceso público, ¿quién está analizando todos estos datos, qué soluciones propone y en base a qué criterios? ¿Quién está velando por la equidad en la atención?

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