Obituario de don Luis Prieto

Luis Prieto o la reforma psiquiátrica de Madrid1

Manuel Desviat

Ha fallecido Luis Prieto Moreno, asociado de la AEN que fuera jefe de los Servicios de Salud Mental de la Comunidad de Madrid, y una persona clave en la arquitectura del proceso de transformación de la obsoleta ordenación psiquiátrica heredada de la dictadura en unos servicios comunitarios. Tuve el privilegio de conocerlo y trabajar estrechamente con él desde los inicios de la reforma de Madrid, cuando era una provincia y sus competencias sanitarias se reducían a la que tenía la Diputación, un gran manicomio, Alonso Vega (actual Rodríguez Lafora), y unas clínicas con 14º camas en el Hospital Provincial Francisco Franco, hoy Gregorio Marañón.

Psiquiatra granadino, de formación anglosajona, tímido, intransigentemente cívico, tremendamente humano. Ajeno a las élites históricas, no representaba ni encarnaba ninguna de las banderías de entonces, políticas o profesionales, hechas en los tiempos del tardofranquismo y los primeros años de la transición. Representaba y encarnaba, unas pocas ideas y principios muy claros avalados por su compromiso con la asistencia pública: la necesidad de integrar la psiquiatría en la sanidad general, rompiendo una marginación secular; la improcedencia del manicomio; la descentralización en redes de los dispositivos de atención y la urgencia de integrar a todos los recursos públicos, personales y materiales, entonces repartidos en diversas administraciones (del municipio, la diputación, la Seguridad Social y el Estado) en demarcaciones territoriales. Unos principios que en 1986 incorporaría la Ley General de Sanidad en 1986.

Pero, sobre todo, Luis Prieto contaba, desde ese no protagonismo que siempre le caracterizó, una cualidad desgraciadamente escasa, tanto en el mundo profesional como en el político: entender la autoridad sin autoritarismo, la capacidad de trabajar en equipo sin ligar la opinión a su jerarquía. Algo que le permitió contar con un pequeño grupo con el que compartir la difícil tarea de sentar las bases de la reforma psiquiátrica madrileña. El momento, propicio por asentarse en los tiempos de la creación del tejido cívico democrático, no lo era tanto políticamente. Por una parte, en aquellos años las convicciones de transformación política radical, democrática, social, ciudadana que animaron la lucha contra la dictadura, se fueron diluyendo en la opacidad de las administraciones y en las luchas por el poder. La Transición acabó en un pacto que mantuvo estructuras y organismos del franquismo en los aparatos del Estado y en la sociedad civil. De ahí sus insuficiencias. En psiquiatría, tampoco fue una ruptura, sino una transición pactada por los gobiernos central y autonómico, cuidadosa con los poderes psiquiátricos provenientes de la dictadura, que ocupaban las cátedras y las jefaturas de los hospitales clínicos.

En este contexto, Luis Prieto encabezó un proceso de reforma asistencial y programática en el que primó la ordenación comunitaria, con los centros de salud mental como eje vertebrador. Durante los diez años de su jefatura, se creó prácticamente la mayor parte de la red actual, integrando funcionalmente recursos procedentes de distintas administraciones, dotando de personal los nuevos dispositivos a partir de las plantillas hospitalarias y mediante sucesivas convocatorias de interinos —la mayoría de los cuales obtendrían plaza fija en una amplia convocatoria, un año antes de su cese— Bajo su dirección, se inició el desmontaje del Hospital Psiquiátrico de Madrid, se anuló la derivación sistemática a centros concertados (algunos de ellos ubicados fuera de la Comunidad de Madrid), y se impulsó la transformación del Hospital Psiquiátrico de Leganés en una red de servicios comunitarios(3).

Todo ello se acompañó de la elaboración, en comisiones y grupos de trabajo, de un conjunto de programas y líneas estratégicas que orientaban el desarrollo del plan asistencial (2) (3). Una labor muchas veces a contracorriente que hubiera sido imposible sin el talante de negociador fiable de Luis Prieto, que le permitió y supo coordinar recursos ajenos (de las distintas administraciones públicas entonces existentes) e integrar o relacionar el universo diverso del campo de la salud mental, sin renunciar al espíritu comunitario y la defensa de la dignidad de los sufridores psíquicos, que sin duda animo los primeros años de la reforma.

Hoy, los cambios producidos en la gestión de la sanidad —la introducción de la privatización en hospitales y servicios, concertados o no; el regreso del predominio de los dispositivos hospitalarios; la persistencia del hospital psiquiátrico (Ciempozuelos, Rodríguez Lafora); el intento de psiquiatrizar la residencia asistida de salud mental en Leganés; o la existencia de camas concertadas fuera de la Comunidad de Madrid—, junto con la creciente medicalización profesional y social y la devastación de la atención primaria, desvirtúan la arquitectura creada en los tiempos de Luis Prieto.

Una arquitectura que fue ampliada y profundizada en las décadas posteriores y que ha dotado a la Comunidad de Madrid de unos servicios —y, sobre todo, de un personal— heredados de aquellos tiempos fundadores, que aún hoy resisten los recortes presupuestarios y la colonización farmacéutico-empresarial.

Importa reivindicar la figura de Luis Prieto, porque significa también reivindicar los valores de aquella masa crítica de profesionales que supo transformar, contra viento y marea, la realidad de la atención a las personas con problemas de salud mental.

Pero importa aún más en este momento, cuando urge rearmar a los profesionales comunitarios con valores y conocimientos, y cuando es imprescindible —como en los tiempos de Luis Prieto— volver a la opinión pública, a la academia, a los colegios profesionales y a la sociedad civil con un mensaje claro de transformación: una salud mental de todos y para todos.

E importa, ahora como entonces, el ejemplo de Luis Prieto, entrañable compañero y amigo para tantos, por su capacidad de generar consensos sin renunciar nunca a los principios de la salud pública y comunitaria y al respeto de profesionales y dolientes psíquicos en aquellos tiempos inaugurales y a lo largo de toda su larga trayectoria profesional.

Manuel Desviat

27 de junio 2025

1 Desviat M. Luis Prieto o la Reforma Psiquiátrica de Madrid, Rev. As Neuropsiq 1994, 14 (47-48):164- 65.

2 Desviat M. Editorial. Psq. Púb1994; 2: 55-56.

3. Plan de reforma del Hospital psiquiátrico de Leganés (1986-1990). Comunidad de Madrid, 1991.

4. Plan de acciones en Salud Mental 1989-1991. Comunidad de Madrid. Consejería de Salud. Servicio Regional de salud, 1989.

5. Programas de los Servicios de Salud Mental. Comunidad de Madrid. Consejería de Salud. Servicio Regional de salud, 1989.

  1. Publique en 1994 con este mismo título un artículo en la Revista de la AEN-PSM y un editorial en Psiquiatría Pública (1) (2) pocos meses después de destitución de Luis Prieto como jefe de Salud mental del Servicio Madrileño de Madrid, a consecuencia de la ambición de unos y la torpeza política del poder en los preámbulos de la pérdida de la Comunidad por la izquierda. ↩︎

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