En mayo de 2022 cerramos los agradecimientos de Transformar los barrios para una mejor salud mental diciendo que ‘Mikel Munarriz era lo mejor que le había pasado a la AEN en sus primeros 98 años’ sin saber que nos dejaría antes de que acabara ese año.
No volveremos a escuchar su voz, ni a consultarle dudas, ni a enseñarle ilusionadas nuestros proyectos ni a dejarnos embolar en una de sus míticas liadas.
Salvo porque quienes hemos tenido el honor de compartir espacios con Mikel llevamos dentro de nosotras, ardiendo incombustible, una llamita de esas liadas, de ese incitar a hacer cosas, a construir comunidad, a levantar el futuro con las manos, sin dejarse llevar por la desidia. Hay personas que pasan por la vida haciendo arrancar motores en el resto, motores que el resto ni siquiera sabemos que tenemos pero una vez encendidos funcionan y crean, y se contagian.
Se fue sin avisar de que no volveríamos a hablar, pero dejando indeleble en nuestro recuerdo lo que sabemos que nos diría al final de cada conversación: que la vida puede ser mucho mejor, que merece la pena esforzarse, que cree en nosotras, que pasito a pasito no hay ningún sitio al que no podamos llegar. Que tenemos una responsabilidad histórica con la profesión y la capacidad de dejarla mucho mejor de lo que la encontramos. Que no es que lo vayamos a hacer, que es que ya lo estamos haciendo.
En el congreso de Barcelona nos dijo “por, al menos, cien años más de AEN”. Te lo prometemos, Mikel. Lo que has arrancado tú, ya no lo para nadie.
Marta Carmona en nombre de toda la Junta de la AMSM