HEMOS LEÍDO…Críticas y alternativas en psiquiatría. Boletín N44 otoño 2018. AMSM

Reseña del libro “Críticas y alternativas en psiquiatría. Coords. Alberto Ortiz y Rafael Huertas. Editorial Catarata. 2018 . 

Por Belén González

Escribo esta crítica desde mi lugar y mi experiencia de mujer, blanca, feminista, joven, con estudios superiores, procedente de un pueblo y que puede resumir su vida en la transición del walkman al Spotify Premium.

Habrá otras que os aclaren más los contenidos del libro, que realicen un análisis más profundo de su estructura. Pero ésta habla del tiempo que compartimos y de la lucha que nos une a través de él.

Termino de leer este libro y se me viene a la cabeza una canción de M-Clan de su álbum Sin enchufe. Es un disco que me ha acompañado desde mi infancia, que ya nunca escucho a propósito, como tantos otros CD´s que llevaba en la disquetera y ahora andan esparcidos por debajo del sillón del copiloto. La canción a la que me refiero es “Los periódicos demañana”, y una frase en concreto, enmarcada por untono de cinismo, resignación y tranquilidad feliz, me viene al pensamiento: Se me olvidó que te gustaría haber montado una revolución.

Es una idea que siempre me ha atormentado. Llegar a una edad considerable, digamos aquella en la que una ya no está para ir a la guerra, y no haber montado una revolución. O no haber vivido una hecatombe mundial, ninguna gran guerra, ningunarebelión (feminista en mi caso). Pasar por un mundo que ha venido dado por otros con la pretensión de destruir o construir y que al final acabe cómodamente tumbada en una playa, habiendo tenido una buena vida tranquila, tomando el sol mientras fumo.

Si uno no pudo correr delante de los grises, y tampoco derribar los muros de los psiquiátricos. Si llegó ya a una sociedad “post-revolucionaria”, caído directamente en la marmita de la ilusión de la Reforma Comunitaria, qué otra cosa iba a hacer que continuar un camino de reivindicación flojita. Reclamar mejoras, pero ya desde un palacio de invierno tomado.

No es tarea fácil caminar un sendero que va degenerando pacíficamente, de una forma apenas perceptible día tras día: las agendas más llenas, incapaces de dar ayuda a lxs usuarixs que más la necesitan, sin conocer el nombre de la calle de atrás de tu CSM “comunitario”. Con demandas de reparación para la puesta a punto de los esclavos del neoliberalismo. Haciéndole el juego al patriarcado. Priorizando las entradas, salidas, altas, diagnósticos, ingresos,… a las historias de vida.Una mano sujetando la puerta para que los visitadores médicos no se cuelen en tu consulta y la otra escribiendo artículos señalando las perversiones -flojitas- del sistema.

Flojitas pero tenaces. Una cuesta abajo suave, que nos sumía en un lago, con el agua hasta los tobillos, luego la cintura, el pecho,…y ahora ya estamos con ella al cuello.

Como se deja ver en el libro, una vez que se han derribado los muros de los psiquiátricos, el grito reivindicativo no tiene objeto contra el que chocar, y así se pierde con más facilidad. Es la trampa del neoliberalismo en occidente, con sus pequeñas concesiones y su poder blando. Horadando poco a poco y sumergiéndonos en ese lago sin apenas darnos cuenta.

Momento difícil aquel en que uno tiene que estructurar una denuncia de que no todo va tan bien, es más, que va a mal, pero el resto de los invitados continúa bailando en el salón. A mí, que soy de una generación con hiperreferencias a lo audiovisual, que mezcla los memes con Farmacia de guardia, me recuerda a la escena de los profetas en la película de La Vida de Brian.

Siguiendo en la línea cinematográfica, cuando aparece Godzilla -el monstruo del capitalismo que emerge del mar-, todxs nos asustamos, todxs nos preguntamos cómo es posible que hayamos llegado hasta aquí.

Entonces empiezan los 15M y los 8M y las #0contenciones, y el lenguaje inclusivo, y los humoristas encarcelados, y la amenaza del nacionalpopulsimo. Y todo nos parece nuevo.

En ese momento, aquellos que ya nos advertían de los peligros,pueden tomar varias posiciones: el más que evidente “os lo dije”, con una copa de coñac en la mano y desde el prestigioso, pero frustrante. trono académico y personal.O bien alejarse de la satisfacción de haber llevado razón durante todo este tiempo,arremangarse, y ponerse donde uno-o lxs demás- crean que puede ser de más ayuda. Probablemente no en primera línea, no reclamando el protagonismo del sacrificio, sabiendo que el cuerpo lo van a (y lo tienen que) poner otrxs, pero sí en un lugar importante. Rafa, Alberto, Iván y Vicente han encontrado ese lugar.

Siento que este libro que han escrito no es una puesta en evidencia de lo sabios que son, no es un libro escrito “por”, sino “para”. Para todxs lxs que andamos en las revueltas de los días de hoy. Este es un tiempo en el que el propio tiempo, valga la redundancia, parece haber desaparecido.Es muy valiente haber recogido aquellos conocimientos que nos someten a mirar ya no a La Historia, sino a nuestra historia, a nuestros propios antecedentes y ver qué es lo que ha pasado durante los años que nos han precedido y qué hemos aprendido de ellos.

De lo que nos hablan es de los pasos que nos han llevado a donde estamos ahora, y de dónde estamos ahora porque esos pasos nos han llevado hasta aquí. Trieste, la postpsiquiatría, la AEN, la Ley General de Sanidad, el activismo,… El camino que han recorrido juntos y el de cada uno de ellos. Siento que lo hacen esforzándose no en construir un relato épico sino útil, y lo consiguen.

Necesitamos saber de Soteria, de Villa 21 y de Gorizia para hacer nuestra Casa de Crisis para Mujeres. Que nos cuenten las exigencias de la Coordinadora Psiquiátrica para no sentirnos demasiado transgresorxs si libramos las guardias. Tenemos que estar advertidas de qué puede ocurrirnos si nos aproximamos, priorizando el pragmatismo, a lo institucional, y qué pasó cuando se hizo todo lo contrario. O que la historia del activismo de usuarixs, familiares, y profesionales de la salud se entrecruza y tiene recorridos diversos, enredados, conflictivos y sinérgicos para no sentirnos tan lejos (o tan cerca) lxs unxs de lxs otrxs.

Siento que este es uno de esos libros que debería aparecer en casa sin mucho bombo, sin hacer una gran fiesta de su llegada y sin proclamar grandes alabanzas sobres sus autores.Leerlo, desde luego. Pero poniendo cuidado, como ellos hacen, en no mitificar ni la historia ni los objetos ni las personas, para que no resulte demasiado sobrecogedor mirar hacia atrás o avanzar hacia adelante.

Pero esto es solo lo que creo yo. Tendrás que leerlo para saber qué es lo que piensas.

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