Peter Gøtzsche es danés, director del Nordic Cochrane Center y hace un año publicó su último libro: “Deadly medicines and organized crime”. En él cuenta cómo las grandes farmacéuticas han corrompido el Sistema de Salud mediante la maximización de sus beneficios y dejando a un lado el compromiso ético del cuidado de los pacientes. El éxito del libro ha sido tan grande que la editorial “los libros del lince” lo ha traducido al castellano y lo pondrá a la venta el 1 de septiembre. El propio Peter Gøtszche viene a Madrid a presentarlo de la mano de Juan Gérvas en la sede de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el martes 9 de septiembre, a las 11,30, en la Calle de Albarracín, 21, 28037 Madrid
Gøtzsche es un experto investigador que desde el máximo rigor científico ha puesto en evidencia las maniobras de la industria farmacéutica y cómo a través de su ensayos clínicos y el márketing exageran los beneficios y ocultan los perjuicios de sus productos, incluidos los psicofármacos.
Master of Science en biología y química (1974), se doctoró en medicina en 1984. Mientras estudiaba en la facultad, trabajó en los departamentos de ensayos clínicos y regulación de medicamentos de algunas empresas farmacéuticas. Posteriormente ejerció la medicina en diversos hospitales de Copenhague. En 1993 fundó, junto con otros colegas internacionales, The Cochrane Collaboration, y ese mismo año creó el Nordic Cochrane Center. Desde 2010 ocupa la cátedra de Diseño y Análisis de Investigaciones Clínicas en la Universidad de Copenhague. Ha publicado más de setenta artículos en las Big Five, las cinco principales revistas científicas mundiales dedicada a la medicina (British Medical Journal, The Lancet, JAMA: The Journal of the American Medical Association, Annals of Internal Medicine y New England Journal of Medicine), y sus trabajos han sido citados más de 14.000 veces.
Me parece bien que se presente este libro, aunque su autor sea de los que dice “Yo digo la verdad” (se me erizan los pelos y un sarpullido recorre mi cuerpo). Lo que a mi juicio sobra es intentar fundamentar una ética a partir de un “experto investigador que desde el máximo rigor científico ha puesto en evidencia las maniobras de la industria farmacéutica y de cómo a través de su ensayos clínicos y el marketing exageran los beneficios y ocultan los perjuicios de sus productos, incluidos los psicofármacos”. Cualquiera que tenga una práctica clínica sabe estas cosas desde que la inicia; sabe la cantidad de dinero utilizado para corromper a todo el mundo, profesional o no, político o no. La posición ética de cada cual no precisa fundamentarse en el proceder de la ciencia.
Supongo que las cosas no son blanco o negro. Habrá, como tú sugieres Segundo, profesionales que, a sabiendas de la manipulación de los ensayos clínicos y las publicaciones sesgadas patrocinadas por la industria farmacéutica, eligen beneficiarse de sus prebendas a cambio de recetar medicamentos carísimos que no aportan nada nuevo. Pero quiero pensar que la mayoría de los médicos no conocen (o no se preocupan de conocer) los verdaderos datos que la industria farmacéutica oculta y distorsiona. La “verdad” de Gøtzsche tiene que ver con desvelar estas manipulaciones, no con la fantasía de un iluminado que crea un nuevo conocimiento. Una vez que disponemos de toda la información y gracias a ella, la posición ética de nuestra práctica ya no admite indulgencias ni manejos, es la que es.
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